|
Post by GM Cookiemaster on Jan 6, 2015 20:56:12 GMT -5
Abrimos este espacio para que cada uno describa su personaje en tanto detalle como quiera. Siéntanse libres de escribir biografía, historias, poner dibujos de las posesiones del personaje, retratos o lo que quieran .
|
|
|
Post by Amaranta on Jan 7, 2015 19:56:51 GMT -5
Amaranta es hija de Thrent un poderoso Gladio y Fandal una hermosa e inteligente Nano. De ahí que conozca lo mejor de los dos mundos. Sin embargo, no se siente cómoda con ninguno de ellos y por eso desde hace varios años lleva una vida solitaria y no sabe nada de su familia. A trabajado para poderosos Nanos y en una de las últimas investigaciones encontró una piedra mágica que siempre llevo consigo. Amaranta siempre había sido hábil con las palabras. Nadie sabía de dónde venían sus dotes porque su madre era una persona muy intelectual que siempre hablaba con demasiada franqueza para la comodidad de sus interlocutores. Su padre, por otro lado, nunca dijo mucho y prefería pasar el tiempo entrenando con sus armas o planeando estrategias de defensa que hablando con otras personas. Los padres siempre procuraron que Amaranta tuviera la mejor educación y entrenamiento y gracias a eso adquirió una mente y una espada agudas. Sin embargo, ella no estaba dispuesta a pasar todo el tiempo en estas actividades y se aburría. Pese a la desaprobación de sus padres, Amaranta también quería conocer el mundo y a su gente. Sus habilidades y posición social pronto le consiguieron un puesto en la sección consular del reino de Navarene. Allí, en los edificios parlamentarios de la ciudad de Charmonde conoció gente de todas las Tierras Estables y se sentía bastante a gusto hablando con todos, o en todo caso casi todos. El arzobispo Justiniano Naoli era el enviado consular del Papado de Ambar en Navarene. A Amaranta nunca le gustó la manera prepotente en la que los miembros del alto clero de Aeon se referían a los demás, pero más allá de eso el arzobispo Naoli le producía total desconfianza. En una ocasión, Amaranta siguió a uno de los pajes del arzobispo hasta una zona poco favorecida de la ciudad, donde lo vio pasarle una nota a alguien en un callejón. Pese a lo peligroso de la situación, Amaranta logró entrar en conversación con es sujeto que recibió el mensaje y tras haberle invitado varias copas logró leer la nota sin que el hombre lo notara. La nota no tenía más que una frase corta: Depósito 477 Sin embargo alguien debió verla porque al día siguiente cuando se presentó en el parlamento había dos guardias del Papado frente a su puerta. Al tratar de ir a la casa de sus padres vio que varios guardias la esperaban ahí también.
|
|
|
Post by Claudius on Jan 11, 2015 18:17:39 GMT -5
Yo soy Claudius. No tengo memoria de mi pasado. Solo conozco rumores de ser parte de una raza de nanos que practicamente fue extinta en eras pasadas. Mi mentor antes de morir me dejo sus libros como unico legado despues de entrenarme en el uso del arte de fabricar objetos. Espero poder encontrar la respuesta sobre mis origenes......... Attachments:
|
|
|
Post by Larsod on Jan 12, 2015 14:56:04 GMT -5
Mi nombre es Larsod. Nací con una extraña afinidad con las maquinas que habitan el noveno mundo y cuando mis padres lo notaron, atemorizados, me abandonaron con un grupo de monjes viajeros para que cuidaran de mí. Los monjes fueron buenos, me enseñaron a controlar mi habilidad psiónica a través de la meditación y la contemplación. Descubriendo el poder ilimitado a que podría tener acceso algún día, decidí dejar a los monjes para adquirir mas poder por mi cuenta, ya que ellos nunca creyeron que mi potencial fuera verdaderamente útil o suficiente. Por ahora solo se algunos trucos que me permiten defenderme y ganarme la vida en las calles y he encontrado algunos criptos... pero espero encontrar más artefactos interesantes y usar mejor la energía que nos rodea! Y que quiero hacer con tanto poder? Aun no lo sé! Pero primero debo alcanzarlo
|
|
|
Personajes
Jan 27, 2015 20:29:21 GMT -5
via mobile
Post by Apolo on Jan 27, 2015 20:29:21 GMT -5
Cuando el Imperio Pytharónico se disolvió, hace ya más de 250 años, muchas de sus antiguas ciudades se independizaron y conformaron ciudades estado, en donde las familias poderosas batallaban y conspiraban continuamente para controlar la política y economía de sus regiones. Caprica era una de tales ciudades. Ubicada en el costado sur del rio Sadara, Caprica funcionaba como una de los cruces principales para el comercio y los viajeros que iban de las ciudades gemelas al desierto frio de Matheunis. Cuando la Emperatriz Challadien Segunda intentó reunificar el imperio, hace aproximadamente unos 100 años, Caprica se negó a reintegrarse, presumiblemente por que no veía interés en compartir las ganancias que el comercio y la minería dejaban a la ciudad. Además su posición en el banco sur del río la hacía un objetivo difícil para el asedio por parte de las tropas imperiales. Sin embargo, la emperatriz atacó constantemente a las regiones del sur que se negaban a unificarse. Los ataques duraron décadas, pero nunca lograron someter a Caprica. Tras la muerte de la emperatriz, su sobrina reclamó el trono. Challadien Tercera siguió adelante con los planes de su fallecida tía. Hacia el sur, donde el río dificultaba la toma de las regiones separadas, el imperio colocó tropas que continuamente asediaban las regiones al otro lado del Sandara. La casa Taenerion fue durante más de 200 años una de las principales casas de Caprica. Durante la guerra las casas acordaron una tregua mientras se concentraban en la amenaza externa. Sin embargo, como todo buen estratega sabe, en las crisis hay oportunidad y una casa menos contra la cual competir siempre es deseable para el resto, especialmente si es una de las más poderosas. Fue así como hace casi 10 años se acordó que la casa Taenerion tomaría la línea frontal para repeler al ejército Imperial al otro lado del río, mientras otras casas saldrían con anticipación y cruzarían rio abajo para emboscar al enemigo por el flanco oriental. De esa manera, pensaban disuadir permanentemente al imperio de sus intentos de unificación. La familia de Apolo se había destacado al servicio de la casa Taenerion y en particular su padre estaba en muy buenas relaciones con Arenus Taenerion, patriarca de la casa y antiguo Baron de Caprica. Apolo, por entonces no más que un muchacho, cabalgaba su Brehm junto con el regimiento comandado por su padre en el ataque inicial. Los miembros de la casa Taenerion pelearon valientemente, haciendo retroceder temporalmente a las tropas imperiales; sin embargo, los refuerzos del imperio no tardaron en llegar, era la hora de dar la señal para que las casas Naoli y Senseria emboscaran por los costados. Arenus ordenó sonar el cuerno y el heraldo sopló con fuerza en el instrumento metálico. Pero, los refuerzos no llegaron. El heraldo sonó su cuerno una y otra vez sin recibir respuesta. Ante esta situación las tropas imperiales avanzaron, masacrando a las tropas de Taenerion. Con el imperio en frente y el río detrás Arenus dio la orden de retirada, para encontrarse con que el puente que cruzaba el rio estaba siendo levantado. En la carnicería que siguió el padre de Apolo cayó, Apolo golpeó con los talones los escamosos flancos de su montura y apenas logró escapar con su vida gracias a la velocidad de su Brehm. Los territorios orientales estaban llenos de señores de la guerra y siempre había trabajo para un mercenario. Pero Apolo estaba cansado de servir a otros y deseaba conocer la suerte que habían corrido su familia y su clan después de su partida de Caprica. Ahora se encontraba en una carreta, camino al paso de los temblores, pensando en entrar a las tierras estables desde el norte para luego viajar al sur de incógnito.
|
|
|
Post by Agathe on Feb 1, 2015 23:52:40 GMT -5
La rueda de la carreta pisa otro bache, sacudiendo bruscamente a sus pasajeros. Agathe añoraba dormir en una cama suave y caliente, ahora que llevaba casi tres semanas durmiendo en carpas y sintiendo el castigo que los viajes en carreta infringían a su espalda. Miró al Sr. Montesquieu, que dormía plácidamente en su regazo mientras ella le acariciaba detrás de las orejas. El felino levantó su hocico, miró a Agathe, bostezó y siguió durmiendo, claramente no compartía sus incomodidades, de hecho parecía disfrutar del viaje.
De repente Agathe percibió algo que se movió en el extremo opuesto de la carreta. Miró durante un momento hacia el lugar de la aparición, pero no pudo ver nada más. Debía haber sido uno de ellos, seres amorfos que parecían venir de la nada y regresar a ella de la misma manera. Agathe los veía con alguna frecuencia desde que era niña y podría decirse que casi se había acostumbrado a ellos. Cuando era niña le aterrorizaban, pero aparentemente nadie mas podía verlos; su madre siempre le daba un beso en la frente y le decía que eran producto de su imaginación, que eso le pasaba a las personas inteligentes. Pero Agathe sabía que eran bien reales. En una ocasión observó como uno de ellos producía una boca en una parte de su anatomía bulbosa y devoró un roedor antes de desvanecerse. Aparentemente no podían interactuar con nuestro mundo muy a menudo, pero aprendió a no mirarlos fijamente: cuando miras a los horrores fijamente, los horrores te miran a ti. Fue de hecho de esa manera como conoció al Sr. Montesquieu.
Agathe jugaba en su casa con sus muñecas cuando vio algo que se movía en una esquina de la habitación. Lo observó atentamente mientras parecía arrasarse a lo largo del muro, después de unos instantes la cosa se detuvo y produjo lo que parecían ser tres ojos en su costado, se miraron fijamente por unos instantes y luego la cosa produjo una boca dentada antes de lanzarse contra Agathe. La niña corrió a la puerta y salió de la casa, pero la cosa parecía atravesar los muros con facilidad y la siguió, produciendo un sonido indescriptible pero aterrorizante. De la nada apareció un gato grande y de color oscuro, que también la asustó y la frenó, ya que Agathe no lo vio acercarse, el gato la miró fijo y le maulló como pidiéndole que lo siguiera. Con esa cosa detrás de ella acercándose cada vez más, la niña no perdió un instante más y siguió al gato, corriendo tan rápido como pudo, atravesaron una cerca y luego se adentraron en el bosque, con el horrible sonido tras de sí. El felino iba de arbusto en arbusto, como si buscara algo. De repente se detuvo en uno en particular y se acurrucó, mientras maullaba y miraba a la niña. Agathe se hizo a su lado y lo imitó. Se quedaron muy quietos durante un largo rato, hasta que Agathe se atrevió a levantar la mirada; la cosa ya no estaba ahí. Desde ese entonces el Sr. Montesquieu (como lo bautizó en honor a su padre, a quien nunca conoció y del que sólo conocía su nombre) ha sido siempre su más leal compañía.
Cuando su madre falleció, Agathe dejó su pequeña aldea, sobreviviendo como podía y aprendió muchas cosas, entre ellas como defenderse con una espada y como abrir un cerradura. No estaba muy orgullosa de algunas de las cosas que había hecho, pero a veces hay que hacer lo necesario para sobrevivir. Ahora viajaba al oeste, intentaba cruzar las montañas e ir a las Tierras Estables, donde pensaba encontrar muchas oportunidades y probablemente establecerse.
|
|